HIJOS DE FRANCO COBOS La calidad de la materia prima es esencial para esta empresa medinense especializada en la construcción de estructuras metálicas. Junto a ello, una perfeccionada técnica en la soldadura y el tratamiento antioxidante del hierro dan la garantía de solidez a sus naves.
Esta empresa, conocida como Talleres Franco, es responsable de centenares de naves industriales y agrícolas que se asientan en suelo castellano y leones. En sus mas de cuarenta años de existencia, el taller que fundó Franco Cobos en la localidad vallisoletana de Medina del Campo ha sido aplicando mercado por todo el territorio nacional. Aunque el grueso de su cartera de clientes se encuentra entre los industriales de Castilla y León, el taller ha afianzado en los últimos años su presencia y prestigio en todo el ámbito nacional abarcando no solo naves industriales sino todo tipo de construcciones.
Junto a las naves industriales, la empresa fabrica y monta estructuras metálicas para centros comerciales, complejos hosteleros e instalaciones deportivas además de trabajos de restauración y construcción de puertas, verjas y cerramientos metálicos.
De sus instalaciones han salido las estructuras de algunos de los centros de la cadena Lidl, de Porcelanosa así como de los almacenes Emiliano Fernández y los arcos de acceso al centro expositor de muebles de Castill Confort.
En lo que respecta a los trabajos con la administración pública, además de la construcción de poliderpotivos destacen diferentes obras de restauración como las verjas de la fachada del Ayuntamiento de Medina del Campo, el cerramiento del Castillo de la Mota y la escalera de acceso a la Iglesia Colegiata de San Antolín.
Talleres Franco es además una de las pocas empresas especializadas en perfiles alveolados o peraltados, que consiste en ensanchar la viga partiendo de una más pequeña.
Así, por ejemplo uno de los últimos encargos realizados ha sido la construcción en Medina del Campo de una nave industrial de 57 metros de anchura.
“Es un proceso laborioso porque al tener tanta medida hay que partir de una viga más pequeña que se la corta al medio con un dibujo formateado según los libros de cálculo; hay que cortarla y suplementarla par que tenga más canto y pueda más”, explica Javier Cobos, gerente de la empresa.
Premisas básicas
El método de trabajo que sigue el taller a la hora de construir una estructura metálica tiene tres premisas básicas: Ajustarse al proyecto técnico, llegar a la obra con todo muy medido del taller y conocer los detalles de la albañilería. El trabajo de estos artesanos del hierro comienza con los dibujos y cálculos que les proporcionan los ingenieros que han diseñado la nave. A partir de ahí, según explica Javier Cobos, es importantísima la labor que se desarrolla en el taller que da la ventaja de llegar a la obra con todo muy medido y preparado y, por tanto, proporciona una mayor agilidad a la hora de montar la estructura. Siguiendo esta premisa se pueden llegar a montar hasta dos mil metros de nave en cinco días.
Finalmente, es básico conocer el trabajo de albañilería con detalle porque, en definitiva, la futura pared es el complemento de las vigas.
La experiencia en este casi medio siglo de vida es la principal garantía de calidad de Hijos de Franco Cobos, para quien uno de sus principales lemas es trabajar con “material certificado y de primera”.
“En mi casa no compro vigas de segunda”, asegura el gerente, quien añade que una buena materia prima y una perfecta técnica en la soldadura son factores esenciales para obtener un producto que avale la solidez de la construcción.
Para desarrollar su actividad, el taller cuenta con las más modernas herramientas en soldadura y corte (con maquinaria de corte de plasma) y con media docena de soldadores profesionales, todos ellos homologado. Entre su cartera de clientes figuran tanto constructores como empresarios que a titulo individual solicitan lo que se denomina “pedidos a medida”.
Pero además de la construcción de estructuras metálicas para naves, Talleres Franco cuenta con un área de producción dedicado a la construcción de puertas y cerramientos metálicos. Unos trabajos que llegan bien por clientes individuales o a través de comunidades de vecinos. Aunque eso sí, la escasez de hierro y su elevado coste, hacen que esta empresa –con una facturación anual cercana al millón de euros- se plantee reconstruir su actividad.
“En los comienzos mi padre trabajó el aluminio pero finalmente nos pareció mas viable decantarnos por el hierro, pero en la actualidad la fuerte subida del material y su escasez desde hace dos años nos llevan movernos en un mercado difícil donde además ha irrumpido con fuerza el hormigón. Todo ello nos obliga a pensar en tener en cuenta que recurrir a otros materiales y al mercado de las puertas automáticas”, señala Javier Cobos.
Colaborar con Gabarrón siempre es gratificante
Su especialidad son las estructuras para grandes naves industriales, aunque Javier Cobos siempre acoge con agrado los encargos de restauración; algo que le ha permitido trabajar en diferentes ocasiones junto al escultor Cristóbal Gabarrón.
Dentro de esta experiencia “siempre gratificante”, el gerente de Talleres Franco guarda un especial recuerdo de los momentos vividos con el escultor cuando realizo la puerta de la capilla del Milenio en el balneario de Las Salinas. “Gabarrón estuvo en nuestro taller y, la verdad, es que fue uno de esos trabajos curiosos que te gusta hacer”.
Además, el taller ha colaborado con el artista en el parque de Las Ferias e incluso en el Museo Gabarrón de Valladolid.
Son cosas diferentes al trabajo diario y merece la pena porque son encargos gratos de hacer y que te gusta ver cuando terminas.
JAVIER COBOS GERENTE DE TALLERES FRANCO
El hierro escasea y el futuro está en el acero inoxidable
Javier Cobos Hernández representa a la segunda generación de una empresa familiar que lleva cuatro décadas dedicada a la construcción en hierro tanto de estructuras para naves como en puertas, verjas y trabajos de restauración. Un sector al que la escasez y, por tanto, la subida del precio de la materia prima unido al alza experimentado en los últimos años por las estructuras de hormigón obliga a reconducir la actividad hacia el acero inoxidable.
– A su juicio, ¿Qué ventajas aporta una estructura metálica a una de hormigón?
– Sobre todo el saber que cuentas con una nave sólida porque no hay que olvidar que la estructura metálica proporciona una elasticidad que no tiene la de hormigón y ¡hombre! En esta zona no ha habido movimientos sísmicos pero algún día se pueden producir y una nave construida en hierro es una seguridad. Además, se ha demostrado que el tetracero de armadura que va por dentro con el hormigón se oxida; sin embargo, el hierro esta a la vista, está tratado y es garantía de solidez. Finalmente, la estructura metálica se complementa con un muro de hormigón alrededor y está soldada y no se puede mover mientras que el hormigón no ofrece esa garantía.
UNA ESTRUCTURA METALICA BIEN SOLDADA ES GARANTIA DE SOLIDEZ
– ¿Qué es más gratificante el trabajo industrial o el de restauración?
– Personalmente prefiero la construcción de naves industriales, me gusta todo ese proceso de montaje y cuento con una plantilla preparada para ello, todos mis soldadores están homologados y somos bastante ágiles a la hora de hacer este tipo de trabajos. Por lo que respecta a los pedidos de restauración antes trabajábamos mas con la administración publica y ahora parece que se requiere menos ese servicio; es un trabajo que lleva mucho tiempo y es costoso pero, bueno, también nos gusta hacer.
– Una puerta de hierro, ¿es para toda la vida?
– Pues sí y prueba de ello es que no solemos tener que reparar ninguno de los trabajos que salen de este taller. Procuramos que queden lo suficientemente bien para no tener que volver.
SOY DE LOS QUE PIENSAN QUE CON LA SEGURIDAD NO SE PUEDE JUGAR. ES ALGO PRIMORDIAL
– ¿Cómo afronta el futuro Talleres Franco?
– El sector atraviesa por una crisis que hace que tengamos que ir a precios muy ajustados, incluso tanto que puedo asegurar que cada vez se trabaja mas pero se gana menos. Creo que el futuro pasa por ir mas hacia el acero inoxidable, con la construcción de barandillas, escaparates y también hacia las puertas automáticas y cuidando más al cliente particular.
– ¿Hasta qué punto le preocupa la seguridad?
– Hasta el punto de ser algo primordial. A la hora, por ejemplo, de construir un complejo hotelero no olvido que en ese comedor se concentra mucha gente. Soy de los que piensan que con la seguridad no se puede jugar.